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La Carta de Jamaica y El Discurso de Angostura

Debe primeramente reforzarse la idea de que estas dos obras en conjunto conforman la verdadera doctrina de Bolívar, es decir, de ellas se desprenden sus concepciones, ideas y pensamientos de diferente índole, política, social, económica, jurídica y filosófica.

 Carta de Jamaica

En el caso específico de la Carta de Jamaica, de fecha 6 de septiembre de 1815, surge de la necesidad de Libertador Simón Bolívar de dar fuerza y abrirle horizontes al movimiento de independentista; de igual forma incrementar el arrojo de los vacilantes y de alguna forma pesimistas del campo patriota, y asimismo tratar de neutralizar en los potenciales aliados del extranjero las consecuencias de la propaganda realista, y de esta manera aminorar la no tan buena percepción que reinaba en el exterior, y por sobre todo dejar claro y por sentado lo justo de la causa patriota; y explicitar las condiciones tanto sociales como políticas que de alguna manera favorecían y conformaban la base histórica del movimiento de independencia.

Es importante hacer breve mención a los acontecimientos que envolvían la época en la cual El Libertador creó su célebre Carta de Jamaica, época en la cual Bolívar se encontraba en el exilio, atravesando así dificultosos momentos en su arriesgada vida política. No obstante esa situación, ello no le declinó su fervorosa voluntad de continuar la lucha, ni mucho menos la confianza en la conquista definitiva.

En mayo de 1815 Bolívar llega a Kingston, la capital de la isla de Jamaica, en donde se dedicó la tarea de a buscar ayudas, principalmente con el gobierno inglés, para continuar la lucha en Tierra Firme. El Libertador se encontraba convencido de la importancia y necesidad de la ayuda exterior en aras de lograr la independencia; por cuanto la guerra no podía librarse sin armas, sin pertrechos, sin dinero para atender a los gastos del conflicto. Y tales elementos había que buscarlos en el exterior, pues las condiciones de atraso económico en que se encontraba Venezuela, no permitían ni siquiera pensar en obtenerlos dentro del país. Esa percepción de Bolívar queda expuesta claramente en el siguiente párrafo de una carta suya escrita en Jamaica a Sir Ricardo Weliesley, alto funcionario del gobierno inglés:

Si me hubiese quedado un solo rayo de esperanza de que la América pudiese triunfar por sí sola, ninguno habría ambicionado más que yo el honor de servir a mi país, sin degradarlo a la humillación de solicitar una protección extraña. Esta es la causa de mi separación de la Costa Firme. Vengo a procurar auxilios: iré en su busca a esa soberbia capital; si fuese preciso marcharé hasta el polo, y si todos son insensibles a la voz de la humanidad, habré llenado mi deber, aunque inútilmente y volveré a morir combatiendo en mi patria.

 Ahora bien, en cuanto al contenido específico de la Carta del Libertador bajo análisis, el mismo estaba más que todo enfocado a describir los acontecimientos pasados de los países del mundo, en especial los americanos, y más aún de los hispanoamericanos, dejando demostrado con tales descripciones, tan detalladas, sus amplios conocimientos en la materia, por cuanto esboza la manera como todos los hecho influyeron en la situación que se vivía para la época en la cual escribió su Carta; asimismo por la manera como se adelantaba a los hechos, sus palabras fueron tomadas como predicciones, y por lo cual hoy día se le considera que fue un visionario, por haber hecho descripciones sobre el destino de varias naciones y que luego se cumplirían.

En su Carta de Jamaica, Bolívar hace mucho énfasis en las siguientes situaciones, en primer orden, tal y como ya se hizo mención, sobre la imperiosa necesidad de contar con el apoyo de países extranjeros para la consecución de la independencia; y por otra parte también manifiesta su convicción de la necesidad de unificar a las naciones, de hacer una gran nación, aunque al mismo tiempo aseguraba que elementos tales como el idioma, el clima, la distancia y falta de comunicación entre las naciones dificultaría enormemente su anhelo de unificación.

En la Carta de Jamaica, El Libertador critica fuertemente el sistema colonial y apunta la incapacidad de España para continuar conservando su opresión en América.

La Carta de Jamaica es, sin duda, uno de los primeros documentos en los cuales se analizan las causas de la independencia hispanoamericana. Tales causas fueron, según El Libertador, las siguientes: a) Políticas: Los hispanoamericanos estaban privados de derechos políticos. b) Económicas: El monopolio comercial y las prohibiciones y restricciones económicas, que impedían el desarrollo de las colonias.

En la Carta de Jamaica, El Libertador predice el futuro de los países hispanoamericanos, y opina sobre la forma de gobierno que debían adoptar. El futuro político de los países hispanoamericanos es objeto de la preocupación del Libertador, quien al respecto se plantea las siguientes cuestiones: ¿Debían las antiguas colonias unirse en un solo Estado? ¿Se organizarían repúblicas o monarquías?.

El Libertador consideraba que en aquellos momentos no era posible unir todos los países hispanoamericanos en una sola nación, no porque no fuera partidario de la unificación de Hispano América, sino porque «climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes dividen a la América».

Finalmente puede decirse que el pensamiento de Bolívar en la Carta de Jamaica, es más descriptivo y profético, por cuanto su finalidad en la misma era dar a conocer los hechos pasados y del momento que caracterizaban a las naciones hispanoamericanas principalmente, así como también expresar sus consideraciones sobre lo que habría de acontecer.

 Congreso de Angostura

Este acto estuvo revestido de gran solemnidad, efectuado ante 26 de los 30 diputados electos, así como distinguidas personalidades invitadas, instalado el 15 de febrero de 1819, el Congreso de Angostura, caracterizado por el pronunciamiento por parte de Simón Bolívar de su discurso medular como Jefe Supremo de la República desde 1816.

En cuanto a los hechos que envolvían el acto, debe señalarse que el honorable ciudadano Francisco Antonio Zea es electo como Presidente del Congreso, y una vez estando en posesión, invita a tomar la elección de un Presidente de la República interino, resultando elegido, Simón Bolívar. No obstante, a Bolívar le preocupa más la guerra que la Presidencia para la cual es elegido, en razón de lo cual solicita, que se le acepte la renuncia a ese cargo:

Legisladores: Yo deposito en vuestras manos el mando supremo de Venezuela. Vuestro es ahora el augusto deber de consagraros a la felicidad de la República; en vuestras manos está la balanza de nuestros destinos, la medida de nuestra gloria; ellas sellarán los decretos que fijan nuestra libertad…

Las discusiones al respecto se prolongan por dos días. Los diputados insisten en que Bolívar debe ser el Presidente interino. Es así como, el 17 de febrero Simón Bolívar acepta y jura obediencia ante el Soberano Congreso.

Ahora bien, el magistral discurso pronunciado por Bolívar en Angostura, está contenido de ilustradas reflexiones, de un inmejorable contenido político y filosófico. Resulta aun más impresionante, el hecho de que tan reflexiva pieza maestra, fuere creada por Bolívar durante el desarrollo de la estruendosa guerra, en medio de viajes a caballo, en embarcaciones, los respectivos sacrificios, y además de las infaltables intrigas de los mismos conciudadanos. Es allí donde coinciden los autores en el fascinante poder de concentración de Bolívar, expuesto cuando dictaba hasta tres y cuatro cartas a la vez.

En Angostura, Bolívar detentando cualidades de filósofo, político, sociólogo y hasta visionario, explaya los conocimientos aprehendidos de los clásicos antiguos y modernos, constituyéndose de tal manera en un político creador.

En particular, cuando expone su concepción del Poder Moral, su visión del cuarto Poder, deja expresada la sensibilidad de su alma y su preocupación por la educación del pueblo, dejando así plasmado uno de sus más famosos y reconocidos pensamientos: «La educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una República; moral y luces son nuestras primeras necesidades… »

En el aspecto político-jurídico Bolívar se manifiesta a favor de un Gobierno republicano, cuyas bases serían «la soberanía del pueblo; la división de los poderes; la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de la monarquía y los privilegios».

El Discurso de Angostura es producido cuando se está refundando la República en su tercera y definitiva. La estructura de esta pieza ejemplar: I Introducción, devolviendo el poder al pueblo, II examen del tiempo crítico que le ha tocado vivir; III presentación del proyecto de constitución, en esta tarea despliega Bolívar su plural saber social; derecho, política, historias; penetra en los dominios de la Sociología y de la filosofía, para fundamentar sus observaciones: IV el discurso prosiguen con una sintética cuenta de lo actuado hasta entonces, todo resumido en cuatro rubro: abolición de la esclavitud, reparto de tierra, Institución de la orden de los libertadores y ratificación del voto comprometido con la decisión de la patria a muerte: V luego hay una recomendación enfática sobre la deuda nacional, y concluye con la proyección inspirada y entusiasta hacia la Gran Colombia.